Seguramente no seamos los únicos en pensar que una de las cosas más difíciles del período de la pandemia ha sido la imposibilidad de encontrarnos con nuestros amigos y familiares de la manera en la que lo hicimos anteriormente. Ha sido una prueba dura para todas nuestras relaciones.
Cuando los gobiernos de numerosos países introdujeron la distancia social y confinamientos, nos dimos cuenta del valor de la vida en una comunidad y cuánta necesidad tenemos de tener alguien con quien hablar y pasar el tiempo. En la realidad que hemos vivido los más perjudicados fueron los mayores, para los cuales el riesgo era más grande pero que al mismo tiempo necesitaban más ayuda en su día a día. Sin embargo, somos conscientes que no todos recibieron la misma cura y atención: para algunos la cura ofrecida por profesionales en un lugar dedicado es un privilegio que no pueden permitirse y a menudo pueden contar solo con su familia, amigos y personas, a veces desconocidas, que les muestren empatía y solidaridad.
En las últimas décadas, la duración media de la vida se ha hecho más larga: el envejecimiento de la población se ve tanto en Europa, como en Latinoamérica: según los datos de la ONU, en 2018 las personas mayores de 60 años representaban 11% de la población en países latinoamericanos y caribeños y 24% en los europeos. Sin embargo, la velocidad con la que esta situación progresa es mucho más elevada en Latinoamérica y el Caribe: hasta 2050 el nivel habrá alcanzado 25%. Con esta ocasión es importante notar el problema de la pobreza de los mayores que se ve en los países latinoamericanos. En Nicaragua, Honduras y Guatemala más de la mitad de los mayores se encuentra en condiciones de pobreza: muchos no pueden contar con ninguna pensión, sea contributiva o no. Esta situación empuja muchos a buscar ayuda externa o trabajar hasta una edad muy avanzada.
Creemos que es nuestra responsabilidad pensar en los más vulnerables en nuestro alrededor y trabajar juntos para reducir las discrepancias en acceso a la cura de la salud de calidad. Las fotos que hemos recibido nos sensibilizan a las diferencias que existen en este campo en varios grupos sociales y varias partes del mundo.
Fotos destacadas:
Chungo: La Solidaridad (El Salvador)
Almudena Suárez: Amor sin barreras (España)